En los últimos 50 años nuestro pueblo ha sido expuesto a grandes
limitaciones materiales debido, en buena medida, al bloqueo de los
Estados Unidos. Esto ha requerido grandes sacrificios y una enorme
creatividad para sortearlas.
Recuerdo, por citar un ejemplo, los comentarios de una radióloga
colombiana después de visitar el Hospital Hermanos Ameijeiras en
1998. Ella decía sentirse impresionada porque en esa institución se
hacían muchas más tomografías diarias que en su hospital, aún
cuando nosotros teníamos menos equipos y eran casi obsoletos. La
explicación era simple: un grupo del Centro Nacional de
Investigaciones Científicas, CNIC, había logrado extraer la
información de los tomógrafos [1], por lo que el análisis de las
imágenes podía hacerse de forma independiente en varios
computadores. Pura creatividad e innovación cubana.
Esta actitud positiva, de rebeldía, ante las dificultades y las
experiencias de triunfar ante las mismas no debiera, sin embargo,
conducirnos a la ilusión de que podemos desarrollar la ciencia y
tecnologías nuestras con pequeñas inversiones y remodelaciones. En
este ámbito, los ritmos de crecimiento son supersónicos. De modo
que podemos incluso avanzar, pero si el movimiento es lento nos
retrasamos respecto a los demás.
Evoco los años 80 cuando la Facultad de Física de la Universidad de
La Habana era de los pocos lugares de Latinoamérica donde se
fabricaban celdas solares. Incluso se elaboró una carta técnica
para producirlas en la recién inaugurada fábrica de componentes
electrónicos de Pinar del Rio. 30 años después asistimos a un auge
mundial de la industria fotovoltaica, caracterizado por la
incorporación de China como primer productor mundial, aumentos
vertiginosos de las producciones, disminución de los costos de
producción, cambios en la matriz energética de muchos países, etc.
Sólo ahora, motivados por estos desarrollos y por la labor de
convencimiento desplegada por varias personas, en particular por el
Prof. Daniel Stolik, es que en nuestro país se hacen grandes
esfuerzos por revitalizar el sector fotovoltaico y, en general, la
producción de energía a partir de fuentes renovables [2]. El
impulso inicial que tuvimos, con ciencia y tecnologías propias, la
oportunidad que tuvimos, quedó prácticamente borrada por las
limitaciones que nos impuso el período especial y el ritmo
vertiginoso de la tecnología internacional.
Otra área donde los desarrollos son como una vorágine es la que se
refiere a la informática y las comunicaciones. Por estos dias, los
teléfonos inteligentes y las zonas wifi son fuentes permanentes de
noticias en nuestros medios. Nos alegramos con cada nueva área de
acceso, aún cuando los costos sean altos para el ciudadano común, y
con el incremento del ancho de banda en universidades y centros
científicos. Pero no podemos olvidar la comparación con los
estándares internacionales.
Mi centro, el Instituto de Cibernética, Matemática y Física, con
unos cien trabajadores, la mayoría dedicados a la investigación
científica, dispone actualmente de 2 Megabits/segundo de ancho de
banda para el acceso internacional a internet. Hace 3 años, el
hotelito de segunda en que me alojé durante una visita a la
Universidad de Módena, en Italia, tenía acceso a 2 Gigabits/segundo
y la universidad a 70 Gigabits/segundo, es decir 1000 y 35000 veces
mayor que la velocidad de conexión actual en mi puesto de trabajo.
Esta desventaja tiene consecuencia catastróficas: condiciona ritmos
lentos de desarrollo, lo que a la larga se traduce en retraso.
Podríamos comparar el desarrollo científico y, en general, el
desarrollo de toda la sociedad con una carrera de fondo. Hemos
avanzado, pero mantenernos en el pelotón de vanguardia significa no
sólo ver qué posición llevamos, sino también con qué velocidad
nos movemos. En los últimos años hemos hecho todo lo que se ha
podido a partir de muy poco, pero para desarrollarnos debemos crear
mejores condiciones y aumentar considerablemente los ritmos.
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[1] J. M. Antelo, A . M. Riverón, P. A . Valdés, J. C. Jiménez, F. Valdés y E. Fermín, “Evaluador de imágenes para la tomografia computarizada basado en una microcomputadora. Diseño e implementacion”. Revista CENIC, Ciencias Biológicas, Vol. 17, pags. 141 – 144 (1986).
Publicado en la pag de la SCF:
http://scf.fisica.uh.cu/es/%C2%BFhacer-m%C3%A1s-con-menos-por-augusto-gonz%C3%A1lez
http://scf.fisica.uh.cu/es/%C2%BFhacer-m%C3%A1s-con-menos-por-augusto-gonz%C3%A1lez
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